viernes, 5 de febrero de 2010

TRIBUNA: JORGE URDÁNOZ GANUZA El Pais 05/02/2010


La ternura entre el centeno
Detrás de Holden Caulfield y de sus andanzas por Nueva York hay algo que va más allá de la literatura. La emoción que provoca el personaje de J. D. Salinger, que murió hace unos días, poco tiene que ver con la moral.


Estoy bastante seguro de qué es lo que diría Holden Caulfield, el protagonista de El guardián entre el centeno, si se enterara de que todos andamos ahora hablando de él a cuenta de la muerte de su padre literario, J. D. Salinger: "Para serte sincero, me da cien patadas". Y a renglón seguido añadiría: "Si lo piensas bien, tiene su gracia".

¿Por qué se ha convertido Holden Caulfield en el ídolo de millones y millones de personas desde que vio la luz en 1951? ¿Qué alberga su relato para lograr esa devoción que despierta en muchísimos de sus lectores? ¿Por qué tantos volvemos, cada cierto tiempo, a leer una historia que ya conocemos de memoria? Hay una explicación literaria, por descontado: un talento narrativo excepcional. Pero eso no es suficiente para convertir a una novela en un fenómeno de masas. Detrás de Holden y de sus andanzas por Nueva York hay algo más, algo que va más allá de la literatura. Una emoción que me atrevería a calificar de moral.
Enseguida volveremos a ello, pero antes demos un paseo por los alrededores del autor y por su mística. Poco después de que la novela lo lanzara a una fama que pronto descubrió que detestaba, Salinger abandonó Manhattan para encerrarse en un pueblecito de New Hampshire que ya no abandonaría en vida.
Pidió que eliminaran su foto de las sucesivas ediciones del libro. No dejó nunca de escribir, pero apenas publicó nada. Jamás concedió una entrevista, tan sólo un reportaje en una revista escolar del instituto local y una llamada por teléfono al New York Times en 1974 para quejarse de una edición no autorizada de su obra. Ese aislamiento alimentó su leyenda.
Al predicamento de eremita del autor -es el escritor esquivo en el que se basan películas de Hollywood como El Campo de los Sueños o Buscando a Forrester- le acompañó pronto la extraña aureola que se generó alrededor de su única novela.
Antes de matarlo, Mark Chapman le pidió a John Lennon que le firmara un libro. Era El guardián. También era El guardián el libro que leía el perturbado que intentó asesinar a Reagan. Y El guardián tiene un papel crucial en la película Conspiración, protagonizada por Mel Gibson, un papel relacionado igualmente con asesinatos y misterios policiales.
Hay en efecto una rumorología siniestra alrededor de la novela, pero no puede resultar más desencaminada, y pocas cosas iluminan con mayor claridad la locura del mundo en el que vivimos que el hecho de que a una novela tan hermosa y sensible como ésta le acompañe esa fama de violencia y misterio. El guardián entre el centeno es todo lo contrario a lo que su fama anuncia y, si algo encarna su protagonista, no es la rabia o la locura, sino -sobre todo- la ternura.
Las razones por las que cautivan Holden Caulfield y su breve escapada a Manhattan van más allá del indudable mérito literario en las que vienen envueltas, alcanzando ese nivel de complicidad, de empatía y de contacto con el lector que sólo las grandes creaciones logran. Por eso son legión los lectores que se emocionan al leerlo. Esa capacidad de hacer aflorar algo que late muy profundo se encuentra dispersa por todo el libro y, cuanto más lo lees, más la descubres aquí y allá, sorprendiéndote en detalles que antes te habían pasado por completo inadvertidos. De ahí que sea un libro de los que vuelve a leerse: una y otra vez su lectura desentierra algo de nuestro interior.
¿De qué se trata? ¿Qué es lo que Salinger logra extraer desde el fondo de nuestro ser? Holden es un adolescente, se encuentra en ese territorio entre la niñez y la madurez en el que uno empieza a entender que el mundo que durante años te han hecho creer que existía está lejos de ser real. Pero a él no le han fallado los que habitualmente fallan: no le han fallado sus padres, no le han fallado los profesores, no le ha fallado el sistema. No es feo, no tiene problemas con las chicas. Intelectualmente es brillante, ahí tampoco hay problema. Y es un niño bien, de una familia culta y rica. A Holden no le falló ninguna de esas cosas que dan lugar a una rebeldía moldeada por un fracaso concreto y por tanto dirigida a algo y por ello dominada. A Holden le falló el mundo en sí.
Conforme avanzas la lectura descubres que, por debajo de todas sus ocurrencias y disparates, por debajo de su total desorientación, el muchacho arrastra un desgarro brutal, un dolor indecible. Allie, su hermano pequeño, murió a los 10 años, cuando Holden solo contaba con 13. E intuyes que él sigue sintiendo su muerte con esa brutalidad emocional con la que sienten los niños. Y que no lo puede encajar. Y que está perdido, como lo estamos todos ante la muerte.
Y entonces sus despropósitos se tornan muestras de ternura. De una ternura desnuda con la que sólo podemos identificarnos, porque de alguna manera todos somos Holden intentando entender la muerte. No nuestra muerte, que también, sino sobre todo la de los otros, la de aquellos que amamos. Una encrucijada en la que todos somos como adolescentes que descubren de repente que el mundo que nos enseñaron de niños es mentira, y que la realidad es otra. Por eso Holden emociona, y lo hace a todas las edades y en todas las culturas, porque su dolor es el dolor ante la muerte, y no hay nada más universal que la muerte.
Pero, además, a esa primera identificación fundamental se le añade un elemento que es el que realmente hace grande a la novela. Se trata de una manera de ser, de una postura, de una decisión moral ante los otros. Holden tiene motivos de sobra para estar amargado, para devolver odio con odio, para alimentar con más incomprensión el sinsentido del mundo. Pero elige otra cosa, elige la generosidad, elige la misericordia. Y al hacerlo dibuja un ideal moral que nos emociona en el sentido más primario de la expresión. Porque, aunque no siempre estemos a la altura, todas nuestras entrañas morales intuyen que esa decisión es la decisión correcta, la que sabemos que deberíamos tomar nosotros mismos ante la vida.
Y es la decisión que, con una sencillez infinita, nos repetían en casa cuando éramos niños: sed buenos con los otros. Algo que quizás vamos olvidando conforme aceptamos hacernos adultos y, frente al corazón de los niños, nuestro corazón se va tornando "nuevo, roído de culebras", por decirlo con Lorca.
Por eso lloramos cuando Holden desvela cuál es su respuesta a la muerte de su hermano: lo que a él le gustaría es contemplar cómo otros niños como Allie juegan en un campo de centeno, e impedir que se hagan daño. Impedir que caigan en el precipicio, un precipicio que es la muerte, sí, pero que es también el mundo falso e hipócrita que los adultos a veces nos empeñamos en construir. Ésa es la respuesta que da a su desgarro, como si al dolor recibido no quisiera responder con más dolor, sino con todo lo contrario.
Y supongo que a sus lectores nos gusta volver a intuir esa grandeza moral que protagoniza un muchacho desorientado y sensible perdido en la Gran Manzana, porque adivinamos una semilla de ternura que nos dice que todavía somos capaces de amar. Que todavía somos capaces de entender que lo más valioso que podemos atesorar en esta vida es el encuentro con los otros y que, como con absoluta evidencia saben los niños, nada supone una felicidad mayor. Sartre se equivocaba: los demás no son el infierno, son el único paraíso posible. Es la canción de Phoebe la que tiene razón: "Cuando un cuerpo encuentra a otro cuerpo, cuando van entre el centeno...".

Jorge Urdánoz Ganuza es profesor de Teoría Política en la Universidad Autónoma de Madrid.

martes, 2 de febrero de 2010

(Sin Título)

Mirad es él... ¿qué estará haciendo? ... hola! Estoy leyendo El viaje al mundo de Martín LLamazares... (risas nerviosas) o sea que a ti también te ha convencido.... Yo comienzo a fumar.
Me mira, siempre me mira.
¿A dónde vais? Al bus... Sigue mirándome ¿y tú? También ¿dónde vives?
Yo, siempre yo.
¿Me das uno? Mis manos tiemblan, la cajetilla cae.... cigarro, fuego.

Hoy esa cajetilla está guardada con fotos, cartas, notas, canciones, apuntes, con O bebedizo da lua, con Historias de Cronopios y de Famas, con El extranjero, con El primer hombre, con Metamorfosis, con El Perfume, con Leolo, con 21 Gramos, con La naranja mecánica, con La chaqueta metálica, con la U, las luces apagadas y los mecheros encendidos, con las cervezas, con las miradas, con los silencios en el banco, con las risas, con los papeles de regalo, con los viajes, con los besos, con los cafés, con la convicción de haber hecho lo correcto, con la esperanza de verte, con el deseo de no olvidarte, con el lápiz de ojos, con las carreras, con los abrazos, con los Nadie, con la búsqueda de tu puerta, con la duda de por qué estamos condenados a ser libres, con los secretos, con los chismes, con los fuegos artificiales, con el suspiro de Kafka, con la mesa del Ca'Melán, con el sonido del mar...

En los días como el de hoy, estoy a punto de salir corriendo al nº11. Luego recuerdo que estoy en Madrid, ¿y tu? en Piedras Blancas o en Colombres o Gijón o tal vez en Rianxo; además el Farmacia ya cerró, y tu eres medio portugués y a mi me gustan los Hombres G...

Ey hola! ¿qué tal? Bien.... Tengo que irme.

sábado, 30 de enero de 2010

Exposiciones

A lo largo de este último mes los diferentes grupos que habíamos formado a principios del curso, fueron exponiendo sus trabajos ante la clase.
Se habló sobre MercoSur, China, Brasil, México, la India, el narcotrafico, las energías nucleares, el nuevo socialismo latinoamericano, la migración hacia España de latinoamericos, las empresas farmaceuticas... Esta gran diversidad de temas junto con el hecho de ver como habían trabajado nuestros compañeros y como habían planteado la exposición, hizo que estas clases fuesen muy interesantes.
De todas ellas aprendí algo nuevo y ver a los compañeros exponiéndo ante la clase me hizo conocérlos un poquito y la verdad, me lleve algunas sorpresas...

jueves, 28 de enero de 2010

El guardián entre el centeno

Mientras que completaba el blog me he enterado que ha fallecido J.D Salinger, autor de El Guardián entre el Centeno. Leí esta obra varias veces y siento por ella un especial cariño.... en el fondo para todos resulta complicado dejar atrás la infancia y la inocencia.

"No cuenten nunca nada a nadie, en el momento que alguien cuenta cualquier cosa....."

CIENCIA Y MÉTODO


1. Significado de la ciencia: La ciencia es una actividad humana y social cuyos éxitos en la compresión de la naturaleza han permitido al hombre, por un lado, acercarse al conocimiento de los límites de su humanidad y por otro, desarrollar en él un sentimiento de prepotencia y de fé en las realizaciones humanas.


2. Ciencia y progreso: La ciencia quiere explicar la naturaleza para que el hombre mediante la acción pueda progresar, alcanzar el ideal de la libertad. Ésta que en un principio es positiva, puede convertirse en negativa al ser utilizada por el hombre como un instrumento de dominación.


3. Ciencia y concepción del mundo: El objetivo final de la ciencia constituye una concepción del mundo, por eso es tan importante la ideología en el método cientifico.


4. Método e ideología: Los sistemas de ideas están presentes en todo el proceso de conocimiento y por tanto el propio investigador se ve afectado por su ideología.


5. Etapas del método científico:

- Acto cognoscitivo pre-analítico

- Observación de los hechos seguida del proceso en el que se clasifican los elementos y de la formulación de hipótesis

- Se verifica la hipótesis para convertirla en teoría

- Contrastación subjetiva


6. Método de investigación y método de exposición: La investigación engloba todo el proceso de conocimiento y la exposición se realiza cuando se ha culminado la primera etapa de la investigación.

¿Qué es una concepción del mundo?


Para Sacristán una concepción del mundo es una serie de principios que dan razón de la conducta de un sujeto, de la cual hacen parte la simpatía o antipatia por ciertas ideas, hechos o personas, las reacciones rápidas, acríticas a estimulos morales. De esta forma, la consciencia de nuestra vida cotidiana se puede determinar por los principios o creencias que utilizamos muchas veces sin darnos cuenta.

Estos principios están marcados por la cultura a la que pertenecemos y que nos determina los juicios de valor a través de sus códigos de conducta; sin embargo la concepción del mundo no es un reflejo de la realidad social, porque este tema tiene siempre mucho de ideología.

El mecanismo de la investigación cientifica


Este tipo de investigación se divide en cuatro etapas:


1) Tras observar los hecho se seleccionan los más significativos, descubriéndo las relaciones que los unen entre sí y evidenciando en cada hecho concreto los aspectos más sustanciales.

2) Se formula una hipótesis que explique el conjunto de hechos de forma lógica y coherente. La cualidad consiste en poseer una ardiente fantasía creadora.

3) Se debe comprobar que las hipótesis formuladas corresponden a la realidad de los hechos, para controlar que las conclusiones del investigador están justificadas.

4) Consiste en modificar las hipótesis que no hayan quedado comprobadas.

¿Qué es ciencia?


Nos quedaremos satisfechos con la definición que nos da Schumpeter en el texto si precisamos lo que entendemos por conocimiento.

La finalidad de éste consiste en descubrir las leyes universales del universo empírico que rodean al hombre y consta de tres aspectos fundamentales:


1) El conocimiento cientifico debe describir y explicar la realidad.

2) La historia del conocimiento cientifico es en realidad la historia de cómo la Humanidad se ha explicado al mundo real.

3) El conocimiento cientifico es solo una parte de la actividad humana.


Cuando el hombre actúa cientificamente en una actividad que él mismo puede utilizar y no en comunidad inmediata con otros también es social, porque actúa como hombre, porque su propia existencia es actividad social ya que lo que hace lo hace para la sociedad y teniendo en cuenta que él también es un ente social.

miércoles, 27 de enero de 2010

despues de la presentación....llego la celebración!


Tras varias semanas trabajando en el tema, esta mañana al salir de clase fuimos a celebrar que habíamos salido del paso sin provocar muertes por aburrimiento a nuestros compañeros y lo que es mucho mejor... sin haber muerto nosotras por un ataque de nervios!

miércoles, 20 de enero de 2010

Realidad social en Asturias


Esta viñeta salió publicada en el periódico regional asturiano, La Nueva España, el 30/12/2009. Creo que es lo suficientemente clara....

martes, 12 de enero de 2010

Música y realidad social


"A gritos de esperanza" Alex Ubago


A pesar que la luna no brille mañana,
Dará igual sólo verte reír
Si lo que me hace feliz...mi alma.
Y es verdad que una mirada distinta
O algún gesto más frío se clava,,,
En mi pecho dibaga del desconcierto,
Pero amor, ahí está la magia.
Ahora que te veo niña,
Ya te echo de menos.
No imagino mis heridas si algún día te vas lejos.
Querida...por esto:
Si preguntan por mí,
No les digas dónde fui.
Que tu alma sea fuerte
Y cuando mires hacia el frente,
No recuerdes todo lo que no te di.
Y es que quedan tantas cosas
Por contarte y que me cuentes,
Tantos ratos y pasiones por vivir.
A tu lado, ooh mi vida...a tu lado.
Y ojalá que nuestros ojos si brillen mañana,
Que tu voz siga pidiéndome a gritos amor,
A gritos de esperanza.
Ahora que te tengo no pienso perder el tiempo,
Ni perderme por mi absurdo ego ni un solo momento.
Se esfuma el miedo.
Si preguntan por mí,
No les diga dónde fui.
Que tu alma sea fuerte
Y cuando mires hacia el frente,
No recuerdes todo lo que no te di.
Que tu luz brille por siempre porque tu te lo mereces.
Y perdona si algún día pretendí
Que no fueras ooh tu misma.
Si preguntan por ti,
solo diré que te vi
En mis sueños una noche,
Y solo sueño desde entonces
Para verme cada día junto a ti.
Y es que quedan tantas cosas
Por contarte y que me cuentes,
Tantos ratos y pasiones por vivir.
A tu lado, ooh mi vida...a tu lado


No siento especial interés por esta canción ni por ninguna otra de las que escribe Alex Ubago, pero tras conocer ayer la existencia de un grupo en Facebook sobre ellas (http://www.facebook.com/inbox/?ref=mb#/group.php?gid=50491687938&ref=mf) he decidido solidarizarme con el pobre chaval…

¿Qué hay más real en nuestras vidas que los desamores?
Estoy segura de que todos nosotros hemos escuchado alguna vez sus canciones y nos hemos consolado al saber que no somos los únicos que digerimos un amor fallido…




Mitos sobre la creación de marcas por Jose Luis Pereyra


Mito número 1: El conocimiento de una marca es lo mismo que su fortaleza. Cuando se refiere a una marca personal,es importante darse cuenta de que no solo el conocimiento de una marca y su fortaleza no son la misma cosa, sino también que el conocimiento no es el principal objetivo. El simple hecho de ser “conocido” solo por el hecho de serlo no sirve por si solo para nada, es irrelevante. Tener un envase característico o una apariencia peculiar no significa nada si no ofreces un valor relevante, distintivo. Ser conocido de la forma que se pretende es la meta, el objetivo final. Piensa en un contexto comercial o empresarial, en las tendencias del mercado, en oportunidades potenciales, en otras palabras, piensa en la relevancia de la marca. Las marcas relevantes son marcas fuertes. Hay numerosos ejemplos de marcas que han perdido su brillo original porque no han conseguido evolucionar, es decir, mantener el ritmo de los cambios de que han sufrido sus clientes o las demandas de las empresas. Pueden ser reconocidas instantáneamente, pero ¿de que les sirve si han dejado de ser relevantes?
Mito número 2: Crear una marca es presentar un listado de las características de un producto o servicio Vender características es esencialmente decir a tus clientes: “Esto es lo que yo hago y la forma en que lo hago.” Con este tipo de presentación, el énfasis está en ti, no en el cliente, y no tienes la menor idea de la forma en que tu oferta puede realmente beneficiar al cliente si es que puede hacerlo. La cruda realidad es que a nadie le importa lo que haces o como lo haces. Lo que les interesa son los resultados personalmente relevantes que van a poder obtener utilizando lo que les ofreces. Por lo tanto, debes cambiar tu enfoque pasando de un discurso referido a las características de tu producto o servicio, o al detalle minucioso de tus métodos y cualidades, a otro que en su lugar haga mayor énfasis en las soluciones que se dirigen directamente a satisfacer las necesidades de tus clientes. Siempre debes ponerte en la piel de tu cliente, nunca en la tuya.
Mito número 3: Tu puedes crear una marca
por ti mismo.¡Ay, si fuese tan fácil! Puedes, y realmente debes, posicionarte a ti mismo de la forma en que te gustaría ser percibido en tu mercado objetivo. Puedes incluso sugerir como te gustaría ser “etiquetado” creando un poderoso mensaje de marca y comunicándolo consistentemente utilizando una gran cantidad de materiales y de estrategias de marketing. Pero, es el mercado, no tu, quien determina tu marca, para bien o para mal. Ahora bien, no te equivoques. Todo lo que dices y todo lo que haces, incluso cuando no tengas ninguna intención, todo eso va construyendo tu marca. Todo eso eres tú. Tu forma de pensar, hablar y actuar influye directamente en la imagen que los demás construyen en su cabeza, empezando por la primera impresión que tuvieron cuando supieron de ti por primera vez. Desde el principio, tu quieres que la imagen sea positivamente intensa.
Mito número 4: Una marca solo pueden
tenerla los expertos. No es tan sencillo. No basta con contar a tu mercado lo bueno y lo experto que eres. Si así fuese, sería mucho más fácil encontrar una oportunidad o cerrar una venta. Igual que la limpieza de los lavabos en El Corte Ingles, la experto que puedas ser es una razón por la que la gente no te rechaza, pero nunca es una razón por la que te prefieran. Construir una marca es mucho más que ser un experto. Ser muy bueno en algo, es solo el billete de entrada para empezar a jugar, pero no te sirve para ganar. No obstante lo anterior, no puedes ignorar que es imprescindible mantener tus conocimientos y habilidades siempre al día. Es tu experiencia lo que te permite tener un punto de vista que atrae la atención de los demás. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa lo que pienses si no estás considerado como cualificado para tener una opinión?
Mito número 5: Para tener una marca,
Tienes que tener un nicho de mercado. Un nicho se refiere a un segmento demográfico o de mercado, no a una marca. Son los resultados, no el mercado objetivo los que deben preocuparte. La teoría tradicional de marketing, nacida de la vieja economía, está radicalmente equivocada en este aspecto. En el entorno empresarial enormemente competitivo de hoy en día, es el resultado lo que realmente importa. Cuando examinamos de cerca las marcas más potentes, vemos que cada una de ellas es muy concreta y específica sobre los beneficios que la gente obtendrá al experimentar la marca. De igual modo, algunas marcas han perdido su tirón inicial porque no han sido capaces de evolucionar al mismo ritmo que las demandas de sus clientes y empresas. Han fallado al establecer objetivos específicos, al obtener resultados relevantes.
Mito número 6: Las marcas son: las
personas, productos o servicios en sí mismos. Esto podía ser verdad en la Era Industrial, cuando las valoraciones de las empresas estaban basadas en activos concretos. En la Nueva Economía, sin embargo, son en gran medida los activos intangibles, la propiedad intelectual o el capital de conocimiento los que guían los mercados y la creación de beneficios. De hecho, vemos compañías como Lucent Technologies desinvirtiendo en fábricas a cambio de conceder licencias de su propiedad intelectual a otros fabricantes. Estas empresas están en la idea del negocio. ¡Bienvenido a la Era del Conocimiento donde las redes y el uso creativo de los activos del conocimiento son los reyes y señores! Por tanto, la noción de marca es mucho más escurridiza que algo que sencillamente pueda ser plasmado físicamente en una persona, producto o servicio. La marca es la esencia o la idea que hay detrás del producto. El mensaje de marca de los supermercados DIA es precio, y eso trasciende a todos y cada uno de los productos que la compañía comercializa. La idea detrás de la marca Santiago Segura es el humor ágil y el ser amigo de sus amigos, y esta idea impregna todas sus intervenciones ante su público, en la pantalla de cine en la de televisión. La marca es el conjunto de asociaciones y conexiones emocionales, no la persona, producto o servicio en si mismo.
Mito número 7: Crear marcas es lo mismo que Marketing

La creación de marcas y el marketing son primos lejanos, aunque a menudo se confunden y se mezclan, como si hablar de uno fuese lo mismo que hablar del otro. Marketing es la suma total de todas las acciones que promueves para posicionarte a ti mismo, a tu producto o a tu servicio en los mercados escogidos. Marketing es todo lo que haces para dar a conocer tu oferta. Es todo lo que haces para generar expectación sobre tu producto. Marketing es todo lo que te lleva a realizar una venta. El marketing efectivo lleva a tus clientes potenciales a vivir una experiencia, directa o indirectamente contigo o con tu negocio. A través de esas experiencias contigo y tu oferta,tus clientes, o empleados crean asociaciones mentales, conexiones emocionales y unarelación. La suma total de las experiencias que la gente tiene contigo o tu producto o servicio, tanto si son positivas como si son negativas, es lo que crea la marca. Por lo tanto, puedes decir que la creación de una marca es una consecuencia del marketing pero nunca el marketing mismo.
Mito número 8: Crear marcas es vender.

Dicho en dos palabras, los comerciales venden, las marcas atraen. El poder de las marcas es que son capaces de crear imágenes perdurables en la mente de las personas.Estas imágenes crean fuertes conexiones emocionales que tienen un gran poder de atracción. Eso significa que la gente llega a ser realmente posesiva en cuanto a sus preferencias de marca. ¿Por qué las personas compran coches del mismo fabricante una vez tras otra? ¿Por qué incluso, sin ni siquiera pensarlo, seleccionas con tu mando a distancia los mismos programas de televisión favoritos? La creación de marcas hace a las personas, productos y servicios “fáciles de comprar” porque las marcas funcionan como imanes.¿No preferirías ser un imán que atrae negocios en lugar de alguien que vende?

El nuevo mundo de la Marca Propia: Aumenta tu vocabulario sobre la Marca. La palabra relacionada con la Marca Propia de este número es: Promesa de Marca En varios números anteriores ha surgido este concepto. He hablado sobre la importancia de cumplir con tus promesas de marca, pero ¿qué es en realidad? Tu promesa de marca es algo que haces para minimizar o incluso eliminar el riesgo que tiene alguien asume al realizar una compra de tus productos o servicios. Es tu garantía de un gran resultado. Una promesa puede vencer las objeciones de un comprador precavido y hacerte “fácil de comprar”. Tu promesa también indica a tus clientes actuales y potenciales que estás tratando de responsabilizarte del riesgo que pudiese suponer hacer negocios contigo.

Por que nunca deberías ser un profesional sin Marca (o con marca blanca) Los productos sin marca, graneles, son simplemente, la señal más clara de un mercado saturado. Productos y servicios indiferenciados. Son los mayores perdedores en un mercado, vienen a indicar que hay “demasiado de algo bueno”. Lo único que les diferencia es el precio. Son fáciles de reconocer porque: ? La tecnología o el proceso de producción están a disposición de todo el mundo y es fácilmente reproducible. Hay muchos otros que proporcionan el mismo producto o servicio o parecido. Nada o nadie trata de ofrecer un producto más valioso, lo que significa que las diferencias decalidad son insignificantes. No hay nada malo en los productos sin marca o a granel, excepto que cuando TU eres uno de ellos, las posibilidades de establecer un precio son pocas o nulas. El mercado lo hace por ti. La presión sobre el precio tira siempre hacia abajo en estos productos. Piensa en el arroz, la leche, el detergente. No te gustaría ser tratado como ellos ¿Verdad? ¡¡¡Por supuesto que no¡¡¡

Revista Infotigre 12 de Septiembre de 2008

Capítulo 8:

Este capítulo hace un repaso sobre la naturaleza de las crisis de tipo capitalista, desde el punto de vista de diferentes autores, puesto que Marx no llegó a realizar un análisis concreto en este tema.
Debemos volver para analizar este tipo de crisis al circuito de transacciones del capitalismo: Dinero- Mercancía- Dinero superior en el que el acto del cambio se divide en dos partes, la compra y la venta en el que el uso de la moneda es clave, puesto que es homogénea y permite posponer tanto el acto de compra como el de venta. Al poder posponer o interrumpir este intercambio, podemos iniciar un proceso que afecte a toda la economía, que necesita de este circuito en constante movimiento para funcionar. Si este circuito se interrumpe hallaremos la sobreproducción, producto de la crisis.
Es importante tener en cuenta ciertas teorías que han elaborado economistas clásicos, como la Ley de los mercados de Say, que sostiene que a una venta le sigue invariablemente una compra por igual cantidad. Marx realizó a esta Ley una crítica en la que alega el razonamiento ya señalado: debido al uso del dinero, se divide la transacción y puede no darse esta circunstancia, no se está obligado a comprar por el hecho de haber vendido.
El circuito de transacciones del capitalismo se realiza para la expansión del valor del dinero, por ello se pone el mismo en circulación, para obtener una mayor cantidad tras el proceso. Pero esta circunstancia solo se da para el productor capitalista, no para los trabajadores, que venden su fuerza de trabajo para conseguir mercancías que garanticen su subsistencia. Por lo tanto el capitalista centra su interés en elevar lo máximo posible su tasa de ganancia, es decir su incremento de dinero en relación al capital original que posee. Mediante esta lógica, si el productor capitalista advierte que el incremento de capital no va a ser tal, no dudará en retirar dicho capital de la circulación, al menos durante un tiempo. Se pueden dar diversos casos:
Si el incremento del capital desaparece o se vuelve negativo, el capital será retirado, se reducirá la circulación del dinero y comenzará una crisis. Si el incremento del capital no es tanto como se esperaba (tasa de ganancia por debajo del nivel ordinario), se reducirán las acciones del capitalista.
Puede ocurrir que se retire el dinero del mercado, pero si el capitalista desea seguir siéndolo, deberá reinvertirlo. En el caso de que la crisis ocurra en tan solo una industria, el capital se moverá hacia otras, pero en el caso de que sea una crisis generalizada se tendrá que posponer la reinversión hasta que aparezca un momento más favorable.
Con todo ello, observamos que tan solo una bajada en el nivel de ganancias más allá del nivel ordinario puede desencadenar una crisis capitalista.
El autor hace referencia además a la diferencia capitalistas y empresarios, recalcando también la similitud de sus crisis.
En último lugar, se alude a dos tipos distintos de crisis, las relacionadas con la tendencia descendente de la tasa de ganancia y la crisis de realización, ambas plantean problemas diversos, en uno de los casos se relacionan con los movimientos en la tasa de la plusvalía y la composición del capital y en el otro se relaciona con fuerzas no especificadas que tienden a crear un déficit general en la demanda efectiva de mercancías, no porque la demanda sea insuficiente, sino porque es insuficiente para comprar toda mercancía a una tasa de ganancia satisfactoria.

Capítulo 4

En este capítulo el autor trata de explicar la diferencia entre producción de mercancías en general y capitalismo. En la producción simple el productor tiene los medios con los que él mismo trabaja, bajo el capitalismo la propiedad de los medios y el trabajo realizado corresponden a grupos diferentes de individuos, asimismo, tanto fuerza de trabajo como medios de producción en el capitalismo son considerados como mercancías poseedoras de valor de cambio. Aquí radica una de las características clave para identificar el capitalismo: la compra y venta de la fuerza de trabajo.
Otra de las diferencias que encontramos es la desigualdad en el circuito de transacciones realizadas en ambos sistemas, siendo Mercancía-Dinero- Mercancía en la producción simple, en el que la mercancía final tiene un valor de cambio mayor y Dinero- Mercancía- Dinero en el capitalismo, en el que la última cantidad de dinero es superior y éste es el objeto de toda la transacción. Este incremento de dinero es lo que Marx define como plusvalía.
Más adelante, encontramos una reflexión sobre lo que significa la adquisición de la fuerza de trabajo, que no es más que la adquisición del propio trabajador por cierto periodo de tiempo, el valor de esta mercancía se determina en función del valor de los medios de subsistencia que necesita el trabajador para su mantenimiento. Esto nos conduce al análisis de la plusvalía, ¿cómo se consigue ésta? Se consigue debido a la combinación que realiza el trabajador de trabajo necesario y trabajo excedente, en el que trabajo necesario corresponde al equivalente para la manutención del trabajador y el excedente es mediante el que el poseedor de medios de producción obtiene su plusvalía.
En último término hallamos un análisis más técnico de los componentes del valor existentes, tales como el valor total de una mercancía (= capital constante+ capital variable+ plusvalía), así como la tasa de plusvalía (proporción de la plusvalía respecto al capital variable), la tasa de explotación y la composición orgánica del capital.

CAPITULO 1: EL MÉTODO DE MARX

En este primer capítulo intentan explicar los principales conocimientos de la actitud de Marx ante la economía política.
Marx era un partidario del método abstracto-deductivo. Él aceptaba y practicaba el método de las “aproximaciones sucesivas”, que consiste en avanzar paso a paso de lo más abstracto a lo concreto.
El principio de la abstracción es por sí mismo incapaz de rendir conocimiento, por lo tanto debe uno decidir de qué hacer abstracción y de qué no. Aquí surgen dos cuestiones.la primera qué problema examinamos; y la segunda cuáles son los elementos esenciales del problema
Es de importancia distinguir y poner de relieve lo esencial en contraste con lo llamado no esencial. Pero a fin de hacer esto posible debemos saber qué es esencial. Poner de relieve lo esencial y hacer posible su análisis: ésa es la tarea específica de la abstracción. Pero ¿por dónde empezar?, ¿cómo distinguir lo esencial de lo no esencial?
La metodología puede plantear estas cuestiones pero no puede suministrar respuestas ya hechas. En la práctica, se precisa formular hipótesis acerca de lo esencial, profundizar en estas hipótesis y comprobar las conclusiones con los datos de la experiencia. Debemos tratar de identificar sus hipótesis clave y descubrir, si es posible, de dónde las obtiene y cómo desarrolla sus implicaciones.
En el famoso prefacio a la Crítica de la economía política. Una declaración de Marx relativa a su desarrollo intelectual durante esos años decisivos. Esto, deja claro que la principal preocupación de Marx era la sociedad en su conjunto, y muy especialmente el proceso del cambio social. La Economía Política es importante por sí misma, porque es en su esfera donde el ímpetu del cambio social ha de encontrarse. Marx no trataba de reducirlo todo a términos económicos. Intentaba poner al descubierto la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto de la existencia social.
La clave del cambio social se encuentra en los movimientos del modo de producción. Marx se dedicó un estudio completo de la economía política, desde el punto de vista de las leyes que rigen los cambios en el modo de producción.
Siguió los conflictos históricos decisivos hasta sus raíces en el modo de producción, descubrió lo que él llamo conflictos de clase. Así, el Manifiesto Comunista (1847), después de una nota introductoria comienza: “La historia de todas las sociedades que han existido hasta aquí es la historia de la lucha de clases”. Las fuerzas económicas en acción se manifiestan en conflictos de clase bajo el capitalismo como bajo las formas anteriores de la sociedad. Las relaciones económicas esenciales son aquellas que están debajo y se expresan en la forma de conflicto de clase. Éstos son los elementos esenciales que deben ser aislados y analizados por el método de abstracción.
Los economistas clásicos estaban también muy interesados en las raíces económicas de los conflictos sociales para el antagonismo social que ocupaba la mayor parte de su atención, tanto intelectual como emocional, era el conflicto entre capitalistas industriales y terratenientes. En consecuencia, subrayan mucho, la cuestión de la tierra y del ingreso derivado de la propiedad de la tierra.. Marx escribió “Nada parece más natural que empezar con la renta, con la propiedad agraria, puesto que está ligado a la tierra, la fuente de toda producción y de toda vida, y a la primera forma de producción en todas las comunidades más o menos establecidas, a saber, la agricultura”.
“El capital es la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa” significa para Marx que la relación económica principal es la que existe entre capitalistas y obreros. “La relación entre el trabajo asalariado y el capital determina todo el carácter del modo de producción”.
Marx considera que la sociedad en su conjunto se divide cada vez más en dos campos hostiles, en dos grandes clases que se enfrentan una a otra: la burguesía y el proletariado”. Esta relación debe ser el centro de la investigación; el poder de abstracción debe ser utilizado para aislarla. Requiere un procedimiento que implica dos pasos:1) Todas las relaciones sociales, exceptuando las que existen entre capital y trabajo, hay que suponerlas provisionalmente alejadas, para reintroducirlas, una por una, sólo en una etapa ulterior del análisis.2) La relación capital-trabajo debe reducirse a su forma o formas más importantes. Se refiere a las características y tendencias estructurales de toda la sociedad. “Nos ocupamos de los individuos –escribió Marx en el prefacio a El capital- sólo en la medida en que son personificaciones de categorías económicas, de peculiares relaciones e intereses de clase”.
El propósito legítimo de la abstracción en la ciencia social no es nunca alejarse del mundo real sino más bien aislar ciertos aspectos del mundo real para fines de investigación intensiva. Cuando decimos que estamos operando en un alto nivel de abstracción se quiere decir que estamos considerando un número reducido de aspectos de la realidad.

CAPITULO 5: LA ACUMULACION Y EL EJERCICIO DE RESERVA

El capitulo comienza con la análisis de la estructura del capitalismo de Marx, que ha llamado “Reproducción simple”. Este concepto consiste en que la escala de la producción no cambia de un año a otro. Esta producción se divide en dos grandes ramas: Producción de medios de producción; producción de artículos de consumo El capital constante empleado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al capital variable más la plusvalía de la rama que producen los medios de producción. Es la condición básica de la “Revolución simple”, es la oferta total de mercancías.Aparte de estas dos categorías de producción existe el ingreso, que se divide en tres categorías:- El ingreso del capitalista que debe gastar en medios de producción para mantener su posición.- El ingreso del capitalista que es libre de gastar en el consumo.- El ingreso del trabajador.Estos tres constituyen la demanda de mercancías.Para que haya un equilibrio en este sistema, la suma de la demanda y de la oferta de mercancías debe balancearse. Este sistema no existe en la realidad. “La reproducción simple” omite de tener en cuenta el interés del capitalista a ampliar su capital, omite la acumulación del capital que constituye la fuerza motriz del desarrollo del capitalismo.Un factor de los capitalistas para la acumulación es emplear los métodos técnicos más avanzados y eficientes. El objetivo es obtener más plusvalía. Marx la va a llamar la “Reproducción Ampliada”. Este concepto muestra la interrelación de las ofertas y las demandas cuando la acumulación se tiene en cuenta (cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía). La acumulación conlleva un aumento de la demanda de fuerza de trabajo, pero la fuerza de trabajo no se vende a su valor, no hay igualdad entre fuerza de trabajo y salarios. La plusvalía depende de la diferencia entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor de la mercancía que el trabajador produce.
La solución de Marx a este problema es el “Ejército de reserva de trabajo”. Consistente en obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante hacia abajo en el nivel del salario. El empresario reduce el salario sustituyendo empleados por maquinas. El principio del ejército de reserva es independiente de cualquier suposición particular sobre la población para Marx. Es lo que lo opone a las teorías clásicas. En las teorías clásicas, los salarios se regulan según factores externos al sistema como la población. En la teoría de Marx son principalmente las innovaciones tecnológicas las que se utilizan para economizar trabajo, como se recluta el ejército de reserva, y solo por la existencia continua del ejército de reserva deben existir la plusvalía y la clase que ella sostiene.

Capítulo VI

1. La formulación de la ley por MarxA medida que se va produciendo la acumulación de capital paralelamente se va dando una mejora en la mecanización del proceso productivo. El mismo factor trabajo operando con un equipo mas eficiente produce más rendimiento pero a su vez el capitalista tiene que realizar un desembolso en maquinaria y equipo respecto del desembolso total (composición orgánica del capital).Marx con su Teoría de la Ley quería mostrar los obstáculos por los que la producción capitalista no se desarrollaba indefinidamente. Esta ley consiste básicamente en que la composición orgánica del capital (0) es inversamente proporcional a la tasa de ganancia (g), suponiendo que la tasa de la plusvalía (p’) es constante.g=p’ (1-o)Una composición orgánica ascendente significaría que la productividad del trabajo crece pero a su vez es la tasa descendente de la ganancia y el fin del desarrollo capitalista.
2. Las causas contrarrestantesPara Marx existen 6 “causas contrarrestantes” que anulan la “ley de la tasa descendente de la ganancia”, Sweezy solo examina cinco:1. Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaria eleva la productividad del trabajo pero disminuye el valor por unidad del capital constante. Un aumento en la composición orgánica del capital, hace bajar el valor del capital constante actuando como correctivo.2. Aumento de la intensidad de explotación. Está relacionado con prolongar la jornada de trabajo. La tasa de la plusvalía aumenta ya que el trabajo necesario se realiza en menos tiempo y se realiza mas trabajo excedente.
3. Depresión de los salarios más abajo de su valor. Los capitalistas reducen los salarios cada vez que pueden.
4. Sobrepoblación relativa. El uso creciente de maquinaria deja a cierto número de trabajadores libres, para que éstos no estén desocupados se crean nuevas industrias en las que la composición orgánica del capital es baja por lo que la tasa de ganancia es alta.
5. Comercio exterior. En el comercio exterior en muchas ocasione se pueden obtener materias primas mas baratas que las producidas en el propio país.
6. Una crítica de la leySweezy se pregunta si es correcta la suposición de que la tasa de la plusvalía permanezca constante. Si aumenta la productividad del trabajo con la tasa de plusvalía constante, aumentarán los salarios reales por lo que esto beneficiaría tanto al trabajador como al capitalista ya que el tiempo que emplea el trabajador para sí y para el propio capitalista es el mismo y los dos se benefician de esta situación. Sweezy duda de que esto sea correcto.Según Sweezy la productividad del trabajo trae consigo tener trabajadores de reserva, éstos ejercen un efecto depresor de los salarios que a su vez tienden a elevar la tasa de la plusvalía. El trabajo pasado es capital constante y actúa como competidor y, por lo tanto, represor de las demandas del nuevo trabajo. Aunque Marx ya lo menciona en una de las causas contrarrestadoras de la ley, Sweezy mantiene que este efecto es una parte integrante del proceso productivo y no se debe dejar de lado.El autor demuestra que en multitud de pasajes Marx habla de cómo al aumentar la composición orgánica del capital aumenta la productividad del trabajo y ésta última, a medida que aumenta, va seguida de una más alta tasa de plusvalía. Teniendo en cuenta que tanto la productividad del trabajo como la tasa de plusvalía son variables, entonces sería muy difícil saber hacia donde se dirige la tasa de ganancia. La tasa de ganancia disminuiría si el porcentaje de aumento de la tasa de plusvalía es menor que el porcentaje de disminución del capital variable respecto del capital total (1-composición orgánica del capital),(1-o).A partir de aquí el autor se cuestiona si Marx ya tuvo en cuenta esto y formuló la tasa de plusvalía como constante ya que la composición orgánica aumentaría mucho mas que ésta y dominaría los cambios en la tasa de ganancia.Muchos escritores marxistas subsecuentes han tomado la composición orgánica en términos físicos asignándole grandes cambios. Sin embargo Sweezy mantiene que es una expresión de valor, por lo tanto, debido al aumento de la productividad del trabajo de manera constante, no se puede asignar el crecimiento en el volumen de materiales y maquinaria por obrero a los cambios de la composición orgánica del capital.Sweezy argumenta que no hay ninguna suposición por la que los cambios en la composición orgánica serán tan superiores como para dominar los movimientos de la tasa de ganancia. Por tanto, según palabra de Sweezy “la formulación de la ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia por Marx no es muy convincente”.A continuación Sweezy hace una aclaración en la que dice que la tasa de ganancia si puede bajar solo que no se puede demostrar que baje tomando como punto de partida la composición orgánica ascendente del capital. Es más, la acumulación de capital trae consigo una constante disminución de la tasa de ganancia y que el capitalista mediante la introducción de ciertos recursos procura mantener la tasa de ganancia en el nivel anterior a la disminución.
Por último Sweezy mantiene que hay otras fuerzas que tienden a elevar o a disminuir la tasa de ganancia:
1. Sindicatos. Los trabajadores de reserva ya mencionados son un obstáculo importante para los obreros por lo que éstos se agrupan en sindicatos para poder controlar la oferta de trabajo. Por tanto, ejercen un efecto depresor en la tasa de ganancia.
2. Acción del Estado en beneficio de los trabajadores. Son por ejemplo la limitación legal de la jornada de trabajo, el seguro contra el desempleo, etc. Tienden a reducir la tasa de ganancia.
3. Organizaciones patronales. Actúan para mejorar la posición del capital frente al trabajo, por lo tanto, ayudan a ascender la tasa de ganancia.
4. Exportación del capital. Impide que la acumulación de capital imprima todo su efecto depresivo en la tasa de ganancia.
5. Formación de monopolios. Los capitalistas individualmente forman monopolios para mejorar su propia tasa de ganancia.
6. Acción del Estado en beneficio del capital. Un ejemplo son las tarifas protectoras.

Capítulo II

Marx define la mercancía como lo producido por el hombre para el cambio, siendo éste el que produce la división del trabajo y que aunque la producción de mercancías no es una expresión directa del hombre, sí es la forma inevitable de vida económica, estando condicionada históricamente. En contraposición está Adam Smith, que dice que la causa del aumento de la producción está en la división del trabajo. Así es ésta la que provoca el cambio, y no la producción, como diría Marx. Para éste último, la producción esconde relaciones sociales subyacentes, ya que las mercancías son fruto de distintos trabajos relacionados entre sí, y es el economista el que debe descubrirlas, afirmando que la economía política ha de adquirir también carácter cualitativo y no sólo cuantitativo. Es aquí donde los métodos de economía política toman relevancia más allá de lo puramente cuantitativo, y pasan a los cualitativos. El valor de cambio de Smith es de validez cuantitativa, pero la economía política de Marx contiene elementos cualitativos:- Valor de uso (de utilidad): Es la relación que existe entre el consumidor y el objeto consumido, es lo que ahora se llamaría “utilidad”, y Marx lo apartaba de su estudio de economía política. Pero esto no resta valor al valor de uso en la economía política, sino que es igualmente esencial para la producción, para el consumo, por lo que no aparece excluido de los factores que dictan los fenómenos económicos.- Valor de cambio (que producido por la división del trabajo y la producción privada) como forma exterior de relación social entre los propietarios de mercancías y los productores individuales que trabajan aisladamente de los primeros. Aquí también existe un valor oculto en las mercancías, que es el trabajo abstracto (importante concepto en el pensamiento de Marx al ser el denominador común de todas las mercancías), una abstracción del propio capitalismo y no dictada por Marx, dice Sweezy. Así, la importancia del volumen total de la fuerza de trabajo social y de su nivel general de desarrollo, provee una porción de trabajo humano respecto a la demanda cambiante del capitalismo. Dice que la indiferencia es típica en la sociedad capitalista en cuanto a los particulares trabajos, donde los individuos pasan fácilmente de un trabajo a otro para generar riqueza.- Trabajo y valor: El trabajo tiene dos aspectos clave, uno correspondiente al valor de uso, y otro al valor de la mercancía que produce. La relación existente del valor con el trabajo es cualitativamente una parte misma del trabajo pues es fuerza humana creadora de mercancías. Por otro lado, es fuerza humana gastada en torno a un fin específico, siendo un atributo útil que produce esos valores de uso.- Trabajo abstracto: Este concepto hace referencia, en palabras textuales de Marx, al “trabajo en general”. Esto permite comprobar que la suma de la fuerza de trabajo social susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo con la necesidad social, y de cuya magnitud y desarrollo depende en última instancia la capacidad productora de riqueza de la sociedad. Presupone que el capitalismo es una fuerza muy superior a las demás formas anteriores de sociedad.- La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor: Es obvio que las tareas más significativas del ámbito cuantitativo están basadas en datos de análisis cualitativo, y a esto llegó Marx tras su periplo metodológico, que le hizo modificar poco a poco sus ideas y perfeccionarlas. Y es que, por el mero hecho de que una mercancía es un valor, ha tomado parte de la actividad que produce la riqueza de la sociedad, y aquí las simplificaciones en abstracto, como conceptos cualitativos, sirven como categoría cuantitativa, diferente del valor de cambio, que a su vez proporciona la magnitud del valor de cambio.- El carácter fetichista de las mercancías: Marx dijo en El Capital que la relación entre los hombres en la producción de mercancías “adopta, a sus ojos, la fantástica forma de una relación entre las cosas”. Y esto sólo es alcanzable cuando llegados a un punto en la historia en el que la producción de mercancías está tan desarrollada que su materialización en las relaciones sociales es concluyente. Y de esta manera el orden social derivado de ello se convierte en, según Lukacs, una “segunda naturaleza”. Y es que, además, se ve al sistema actual como verdadero, como óptimo, y a los demás anteriores sólo como meras fases imperfectas, antesalas del capitalismo perfecto y puro en todas sus categorías, dando poder autónomo a cada uno de los factores de producción, pero que no deja de ser una mistificación del modo de producción capitalista.Sweezy dice que aquellos defensores del capitalismo, los que viven bajo sus formas, admiten al mismo como una representación de las relaciones sociales. Es decir, que aunque se puedan hallar ocultas, las relaciones sociales derivadas del sistema capitalista ha dado otra racionalidad a la economía dejando ver que sin el capitalismo el desarrollo sería inimaginable. Pero es que, del mismo modo, afirmamos y reconocemos, casi sin pensar en ello, que cada uno somos propietarios de una mercancía, y los que sólo disponen de la del trabajo no están ya exactamente en el plano igualitario, que se supone determina el condiciones prescritas por los que poseen los medios de producción; es decir, está siendo explotado. capitalismo y la teorización del concepto de mercancía, pues el que posee sólo su fuerza de trabajo está por debajo del terrateniente y no sabe que está obligado, subyugado, a las a las condiciones prescritas por los que poseen los medios de producción; es decir, está siendo explotado.

III. EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

1. El primer paso
En toda sociedad, desde la más primitiva hasta la más avanzada, es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. El valor del cambio es un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías. Descubrir la naturaleza de estas leyes en términos cuantitativos es la tarea de la teoría del valor cuantitativo, y es en este sentido como la teoría del valor ha constituido el punto de partida tradicional de la moderna economía política.
Marx supone que existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo, o sea, en otras palabras, que las mercancías cuya producción requiere un tiempo igual se cambian sobre la base de uno por uno. Tenemos que introducir dos calificaciones obvias. En la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el “socialmente necesario”, es decir, necesario en las condiciones sociales existentes. “El tiempo de trabajo socialmente necesario es el que se requiere para producir un articulo en las condiciones normales de la producción y con el grado medio de habilidad e intensidad comunes en un momento dado”. En segundo lugar, el trabajo mas calificado que el trabajo medio –o simple- debe tener, correlativamente, una mayor capacidad de producir valor. La relación entre los dos tipos de trabajo es teóricamente susceptible de medición independiente de los valores de mercado de sus productos.
En la practica, las diferencias en pericia pueden ser el resultado de una combinación de diferencias de habilidad y diferencias de entrenamiento. La influencia ejercida por la habilidad y el entrenamiento solo se hace sentir lentamente y de modo imperfecto, y con frecuencia en formas no evidentes. Por esta razón Marx hizo notar que “las diferentes proporciones en que diferentes clases de trabajo se reducen a trabajo no calificado como su norma, son establecidas por un proceso que tiene lugar a espaldas de los productores y, en consecuencia, parecen ser fijadas por la costumbre”.
2. El papel de la competencia.
Del ejemplo del ciervo y del castor de Adam Smith se deduce que: los cazadores deben tener el deseo y la posibilidad de competir libremente por cualesquiera ventajas que puedan presentarse en el curso del cambio, transfiriendo su trabajo de una línea de producción a otra. Dada esta clase de competencia en una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla.
La relación de demanda y oferta esta explicada en el volumen III del Capital, otros autores como Oskar Lange lo definen como un “mecanismo equilibrador”, Marx sigue su línea de explicación en Valor, precio y ganancia así: “En el momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente, y, por lo mismo, cesan de actuar, el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real.”
3. El papel de la demanda
Si se desea conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo, es necesario contar con dos clases de información: en primer lugar, la información sobre el costo relativo en trabajo, del castor y el ciervo; y en segundo lugar, la información sobre la intensidad relativa de la demanda de uno y de otro. Con esta información se puede determinar lo que puede llamarse el equilibrio económico general de la sociedad en cuestión. Es un “equilibrio” por que define el estado de las cosas que, si no ocurre ningún cambio en las condiciones básicas, persistirá; y es “general” por que no solo se establece el valor relativo del castor y del ciervo, sino que también se establecen las cantidades de castor y de ciervo producidas y la distribución de la fuerza de trabajo en la sociedad.
En la medida que se acepta la proposición de que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso, parecería que no podemos escapar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las relaciones de producción, más bien por la vía de las valuaciones subjetivas de los consumidores.
En el anterior capitulo hemos visto que la teoría del valor esta hecha para tomar plenamente en consideración las relaciones productivas peculiares a la producción simple de mercancías. En el capitulo siguiente se explica cómo la teoría de la plusvalía sostiene este criterio en el caso del capitalismo, que es una forma avanzada de producción de mercancías.
Los economistas ortodoxos, aunque en su mayoría abordan el problema del valor por la vía de una teoría de la opción de los consumidores, se han visto generalmente obligados en la práctica a reconocer la primacía de la producción y de la distribución del ingreso, siempre que tocan las cuestiones de la evolución económica. Schumpeter es uno de ellos, quien observa que aun los cambios espontáneos en los gustos de los consumidores no tendrán probablemente importancia, a menos de que ocasionen transferencias en el ingreso real. Lo que a Schumpeter realmente le interesa son los ciclos económicos y las tendencias de desarrollo del sistema capitalista, para él la teoría de la opción de los consumidores es poco o nada pertinente.
Otros analistas del ciclo económico son los keynesianos. La demanda juega un papel muy importante en su análisis, pero lo que tienen que decir de ella está dominado por la distribución del ingreso, esto es, por las relaciones de producción existentes.
4. “Ley del valor” vs. “Principio de planeación”
Lo que Marx llamaba “la ley del valor” resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías, que regula:
a) Las proporciones del cambio de mercancías,
b) La cantidad producida de cada una y,
c) La asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción.
La condición básica para la existencia de una ley del valor es una sociedad de productores privados que satisfagan las necesidades por el cambio entre ellos. La ley del valor es esencialmente una teoría de equilibrio general desarrollada en primer término con referencia a la producción simple de mercancías y adaptada después al capitalismo. La función de la ley del valor consiste en explicar cómo sucede esto y cual es el resultado.
5. El valor y el precio de producción
El precio según la expresión de Marx en el capital, es la expresión monetaria del valor. Los precios de producción se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas generales; las desviaciones no son arbitrarias ni carecen de explicación, la teoría del precio de producción contradice a la teoría del valor, es, por lo tanto, todo lo contrario de la verdad.
6. Precio de monopolio
La introducción de elementos de monopolio en la economía, dificulta el funcionamiento de la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio. El control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones de valor cualitativo, no. La existencia del monopolio en sí misma no altera las relaciones sociales básicas de la producción de mercancías: la organización de la producción a través del cambio privado de los productos individuales del trabajo. Esto quiere decir que aun bajo condiciones de monopolio podemos seguir midiendo y comparando mercancías y conjuntos de mercancías en términos de unidades del tiempo de trabajo, a pesar del hecho de que las relaciones cuantitativas precisas implicadas en la ley del valor han dejado de ser válidas.

lunes, 11 de enero de 2010

Los Lagos de Covadonga


Año de nieve, año de bienes ....
¡Feliz 2010!